“Mi compañera y cómplice en la vida
mujer tormenta, perfecta y querida;
Quien me esconde en sus besos,
y con uno calma todos mis regresos
De manos blancas y dedos largos
tus caricias locas me atrapan no salgo.
De boca jugosa que me consume entero
su boca y manos resistir no puedo.
De saliva dulce que embriaga y me cura,
y que me perdona todas mis locuras.
Me lavas con llanto cada vez que caigo
enredado en versos, notas y otros tantos.
Quiero tu sonrisa fuerte y pegajosa,
y tus manotadas cuando estas nerviosa .
Amo tu mirada de niña curiosa,
y cuando te enojas en tus días de rosas.
Se que tu comprendes esta torpe prosa
De tu fiel poeta que busca tu boca.”
©LL.Chile
sábado, 22 de agosto de 2015
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