Jueves 24 de diciembre, mire el reloj en el tablero de mi carro,
el que indicaba las 23.51.Mientras conducía repare en lo desierta que estaba la
ciudad, las calles vacías, mientras pasaba frente a todas esas tiendas cerradas
y sus escaparates apagados, sonreí ,pensé para mí; Que bien que le viene este
descanso a la ciudad, si hasta tan solo unas horas, estaba atiborrada de personas
frenéticas tratando de abrirse paso en las estrechas veredas, chocándose prácticamente
unas a otras sin verse, sin mirarse, sin sonreír, concentrados en sus propios
mundos ,buscando regalos de última hora para quienes supuestamente son lo primero
en su corazón.
Noche de paz!, la, la, la la, canto burlonamente, mientras
me río solo en mis locos fueros internos.
Llegue conduciendo lentamente hasta la plaza, reduje aún más
la velocidad sin más autos bocinando a esas horas y en este día, me regale un
minuto de cámara lenta en esta calle principal que en otras circunstancias me
hubieran significado insultos o un cariñosa infracción.
Todo el lugar se veía hermoso, lleno de luces ornamentado
para la ocasión.
Siendo yo un hombre viejo reconozco que me conmovió, sentí algo
en mi interior, hasta simpatía y agradecimiento sentí por el alcalde y su idea
de gastar mis impuestos en estas múltiples lucecitas titilantes como estrellas.
Interrumpió mi visión, un grupo de gente de la calle, indigentes
y mendigos reunidos en una esquina, únicas almas a esa hora en la plaza
disfrutando de ese bello espectáculo en exclusiva, no note su presencia, quizás
por que en un día y hora normal ellos parecen invisibles transparentes pero la
noche los hace presente reales, sentí pena ,no por ellos ,más bien por mí mismo
al pensar que los años y la vida me ha vuelto un tanto ciego, permitiéndome ver
solamente una mano sucia solicitando una moneda o el Squeegee deslizándose en
mi parabrisas.
Al verme pasar lentamente,
todos a la vez me sonrieron y agitaron sus brazos y con ellos, sus harapos en
señales de festivo saludo, baje el vidrio les correspondí el saludo y les ofrecí
unos billetes como obsequio los que no dudaron en recibir entre alegres gritos,
una de las chicas del grupo se acercó con una sonrisa y me obsequio una pequeña
tarjetita un calendario del nuevo año, el que traía una bella imagen y una frase
firmada por un tal Luigi Leone donde decía irónicamente :”Feliz Vanidad….” .
Jugué con la tarjetita entre mis dedos y con la idea de esa frasecita
en mi mente por un rato, y se me vinieron a la mente tantos recuerdos, del
barrio pobre donde crecí y de lo cercana que era entonces esa realidad de estar
y sentirte marginado sin oportunidades viviendo solo el presente.
Pase a una estación de servicio a cargar gasolina, todo el
ambiente festivo y esos jóvenes ahí atendiendo con una cara de hastío, pena, que
se yo, deseando estar en otro lado, y pensé, cuanta gente está en este mismísimo
momento en un lugar pero deseando estar muy lejos de ahí, gente en hospitales,
en aburridas guardias, fastidiosos trabajos o penosos velatorios o en gasolineras
con una cara que les llega hasta el piso, esperando por un tipo un extraño que
torpemente no tiene nada mejor en este día y a estas horas que pasar por
gasolina para su jodido coche.
Bendita frasecita esa, “Feliz Vanidad,,” que me ha puesto a
pensar en lo egocéntricos que vivimos más de 350 días al año solo pensando en
nosotros y no viendo lo que pasa con quienes nos rodean, y aunque yo no celebro
navidades, y que pienso que es solo un buen negocio para algunos creativos comerciantes,
ahorita después de dejarles propinas a los chicos del SHELL-MARKET, me siento
un rudimentario viejo de pascua.
Ya es muy adentrada la noche y me queda poco por llegar a
casa, seguro todos ya dormidos.
Veo en la parada del Microbús, a una chica sola esperando,
como la noche me ha puesto generoso ,,¡ qué va!, me detengo y le pregunto si la
llevo.
-buenas noches –le digo-feliz vanidad!,,jajaj -me confundo
me río-¿hacia dónde vas? -¿Te llevo?.
-¿sería tan amable? , llevo tiempo acá esperando .Dijo
mientras se montaba en el carro. Voy a la Séptima con Ejército.
-Que bien yo paso cerca de ese sitio, vale ,¿y por qué tan
tarde si se puede saber?.
-Salgo tarde de mi turno en un Hogar de Ancianos, y me he
quedado sin transporte de regreso. Gracias a Dios que lo puso a usted ahí para
traerme.
-Que dios no tiene nada que ver en estas cosas, yo solo pasaba,
te vi ahí sola bueno ya sabes. ¿Tan joven y trabajando –pregunte-me parecer que
aun deberías estar estudiando.
-Vivo sola con mi madre y tengo que ayudarle, pero así es la
vida, ¡no todas podemos ser princesas digo yo! -dijo mientras sonreía como un ángel.
-Aquí es ya llegamos. Dijo sonriendo al momento que Saco de
su bolso una bella flor en un celofán y un Cupcakes y me los obsequio como
agradecimiento - Su mirada me recordó a mis hijas que a estas horas seguro
dormidas en sus cuartos no imagina lo dura que es la vida para otras chicas
como ellas.
Seguí conduciendo hasta casa, me sentía algo extraño, diferente,
¿ será por la frasecita esa?, o por ¿esta extraña noche?,,,
Al llegar a casa, solo la cocina aun tenia luz, ahí me
esperaba despierta mi mujer, con café preparado, le abrace le regale la flor y compartimos
el Cupcakes.
©Todos derechos reservados. Luigi Leone.
Chile.2015