viernes, 25 de diciembre de 2015

 10:57   Unknown   , ,    2 comments

Jueves 24 de diciembre, mire el reloj en el tablero de mi carro, el que indicaba las 23.51.Mientras conducía repare en lo desierta que estaba la ciudad, las calles vacías, mientras pasaba frente a todas esas tiendas cerradas y sus escaparates apagados, sonreí ,pensé para mí; Que bien que le viene este descanso a la ciudad, si hasta tan solo unas horas, estaba atiborrada de personas frenéticas tratando de abrirse paso en las estrechas veredas, chocándose prácticamente unas a otras sin verse, sin mirarse, sin sonreír, concentrados en sus propios mundos ,buscando regalos de última hora para quienes supuestamente son lo primero en su corazón.
Noche de paz!, la, la, la la, canto burlonamente, mientras me río solo en mis locos fueros internos.
Llegue conduciendo lentamente hasta la plaza, reduje aún más la velocidad sin más autos bocinando a esas horas y en este día, me regale un minuto de cámara lenta en esta calle principal que en otras circunstancias me hubieran significado insultos o un cariñosa infracción.
Todo el lugar se veía hermoso, lleno de luces ornamentado para la ocasión.
Siendo yo un hombre viejo reconozco que me conmovió, sentí algo en mi interior, hasta simpatía y agradecimiento sentí por el alcalde y su idea de gastar mis impuestos en estas múltiples lucecitas titilantes como estrellas.
Interrumpió mi visión, un grupo de gente de la calle, indigentes y mendigos reunidos en una esquina, únicas almas a esa hora en la plaza disfrutando de ese bello espectáculo en exclusiva, no note su presencia, quizás por que en un día y hora normal ellos parecen invisibles transparentes pero la noche los hace presente reales, sentí pena ,no por ellos ,más bien por mí mismo al pensar que los años y la vida me ha vuelto un tanto ciego, permitiéndome ver solamente una mano sucia solicitando una moneda o el Squeegee deslizándose en mi parabrisas.
 Al verme pasar lentamente, todos a la vez me sonrieron y agitaron sus brazos y con ellos, sus harapos en señales de festivo saludo, baje el vidrio les correspondí el saludo y les ofrecí unos billetes como obsequio los que no dudaron en recibir entre alegres gritos, una de las chicas del grupo se acercó con una sonrisa y me obsequio una pequeña tarjetita un calendario del nuevo año, el que traía una bella imagen y una frase firmada por un tal Luigi Leone donde decía irónicamente :”Feliz Vanidad….” .
Jugué con la tarjetita entre mis dedos y con la idea de esa frasecita en mi mente por un rato, y se me vinieron a la mente tantos recuerdos, del barrio pobre donde crecí y de lo cercana que era entonces esa realidad de estar y sentirte marginado sin oportunidades viviendo solo el presente.
Pase a una estación de servicio a cargar gasolina, todo el ambiente festivo y esos jóvenes ahí atendiendo con una cara de hastío, pena, que se yo, deseando estar en otro lado, y pensé, cuanta gente está en este mismísimo momento en un lugar pero deseando estar muy lejos de ahí, gente en hospitales, en aburridas guardias, fastidiosos trabajos o penosos velatorios o en gasolineras con una cara que les llega hasta el piso, esperando por un tipo un extraño que torpemente no tiene nada mejor en este día y a estas horas que pasar por gasolina para su jodido coche.
Bendita frasecita esa, “Feliz Vanidad,,” que me ha puesto a pensar en lo egocéntricos que vivimos más de 350 días al año solo pensando en nosotros y no viendo lo que pasa con quienes nos rodean, y aunque yo no celebro navidades, y que pienso que es solo un buen negocio para algunos creativos comerciantes, ahorita después de dejarles propinas a los chicos del SHELL-MARKET, me siento un rudimentario viejo de pascua.
Ya es muy adentrada la noche y me queda poco por llegar a casa, seguro todos ya dormidos.
Veo en la parada del Microbús, a una chica sola esperando, como la noche me ha puesto generoso ,,¡ qué va!, me detengo y le pregunto si la llevo.
-buenas noches –le digo-feliz vanidad!,,jajaj -me confundo me río-¿hacia dónde vas? -¿Te llevo?.
-¿sería tan amable? , llevo tiempo acá esperando .Dijo mientras se montaba en el carro. Voy a la Séptima con Ejército.
-Que bien yo paso cerca de ese sitio, vale ,¿y por qué tan tarde si se puede saber?.
-Salgo tarde de mi turno en un Hogar de Ancianos, y me he quedado sin transporte de regreso. Gracias a Dios que lo puso a usted ahí para traerme.
-Que dios no tiene nada que ver en estas cosas, yo solo pasaba, te vi ahí sola bueno ya sabes. ¿Tan joven y trabajando –pregunte-me parecer que aun deberías estar estudiando.
-Vivo sola con mi madre y tengo que ayudarle, pero así es la vida, ¡no todas podemos ser princesas digo yo! -dijo mientras sonreía como un ángel.
-Aquí es ya llegamos. Dijo sonriendo al momento que Saco de su bolso una bella flor en un celofán y un Cupcakes y me los obsequio como agradecimiento - Su mirada me recordó a mis hijas que a estas horas seguro dormidas en sus cuartos no imagina lo dura que es la vida para otras chicas como ellas.
Seguí conduciendo hasta casa, me sentía algo extraño, diferente, ¿ será por la frasecita esa?, o por ¿esta extraña noche?,,,
Al llegar a casa, solo la cocina aun tenia luz, ahí me esperaba despierta mi mujer, con café preparado, le abrace le regale la flor y compartimos el Cupcakes.

©Todos derechos reservados. Luigi Leone. Chile.2015

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