“Ha sido para bien que te cruzaras niña,
etérea y distante
te he hecho un poquito mía.
Ha sido para bien tu influencia en mi vida,
aconsejaste bien
aunque no conocías
lo que mi alma quería.
Como el león de OZ, yo sin valor seguía,
también sin corazón, espante la alegría
deje yo mi canción y mi
guitarra amiga
por la desilusión, la que en mi alma había.
Y apareciste tú, volvió
mi voz perdida.
Platónica obsesión es esperar que un día,
sentarme junto a ti y besar tus mejillas.
Tú me percibes bien a la distancia y miras,
dentro de mi interior y mi temor alivias,
también mi corazón , hoy siento que palpita.
Esta composición es para agradecerte,
el tiempo , la pasión que sin querer tú tienes.
Que en el ir y venir de la agitada vida,
apartes para mí de ti una lucecita.
Que alumbra mi seguir y que me arranca risas.”
©Todos derechos reservados. LL. Chile.2015
Niña etérea y distante, en el éter no hay distancias, no hay noche y sí luz infinita.
ResponderEliminar